Fotografía / Postales

CON MARINA ABRAMOVIC EN CÓRDOBA

Marina Abramović (Yugoslavia) y Ulay (Alemania) se conocieron en 1976, en Ámsterdam, mientras ella estaba desnuda y llevaba a cabo una de sus performances sangrantes.



 
En 1988 se despidieron de una manera poética: cada uno empezó a andar la Gran Muralla china desde un extremo (Mar Amarillo y desierto del Gobi) y se encontraron en el centro, se abrazaron y no se volvieron a ver hasta 2010, cuando en el MoMA llevó a cabo una retrospectiva de la artista serbia: The artist is present.
 
 
 
Hasta el pasado domingo 5 de mayo fue posible disfrutar en la iglesia de la Magdalena de Córdoba de algunas imágenes de Abramović en la Bienal de Fotografía de algunas imágenes de .
 
 
 

Iglesia de la Magdalena
Córdoba
 

GOMORRAH GIRL

Anna, 9 años, en La Vela Rossa
Scampia y Forcella son dos de los barrios más peligroso del mundo. No quedan ni en África ni en América Latina, sino a escasas dos horas y media de avión desde Madrid: en Nápoles. Hasta el 28 de marzo, gracias a Gomorrah Girl, nos podemos acercar a observar una dura realidad a través de las fotos que Valerio Spada exhibe en la madrileña Galería Cero (c/ Fuenterrabía, 13 – 91 552 99 99).
En 2004, en Forcella, la barriada que controla el clan mafioso de los Giuliano, el fuego cruzado entre machos jóvenes de la Camorra mataba a Annalisa Durante, una adolescente de 14 años, delante de la tienda de su padre. Una muerte más que a ningún vecino sorprendió. Partiendo del dolor y la fuerza reivindicativa del padre de la víctima, Giovanni Durante, el fotógrafo italiano Valerio Spada crea un documental fotográfico de la adolescencia en estos sitios marginales coloreados por la droga, la prostitución y la pobreza.
Graffiti del ángel
con pistola



El objetivo de la cámara de Spada ha conseguido captar la esencia a través de los rostros, ha plasmado las infancias recortadas de cientos de niñas que no han llegado, siquiera, a probar la adolescencia, niñas devenidas en mujeres de miradas aterradoras, carentes de todo ángel, más allá del que puede verse en un graffiti, con una pistola en la cabeza, a escasos cincuenta metros de donde Annalisa fue asesinada.
Se oye el sonido de un disparo mientras que Anna, una niña de nueve años, posa en una de las escaleras de La Vela Rossa, barrio de Scampia, uno de los edificios lúgubres junto a La Vela Blu y La Vela Gialla, tres adefesios arquitectónicos carcomidos en sus entrañas por el óxido de sus hierros y sudando la pavura de quienes los habitan por entre las grietas de sus muros. Scampia es el mismo escenario de Gomorra, la película de Matteo Garrone basada en el libro de Roberto Saviano.
Se oye una segunda detonación a la vez que Sabrina, de 11 años, cantante “de la nueva ola” (chicas que cantan y que llegan a ganar hasta 200.000 € anuales en un negocio controlado por la mafia), deja estallar las lágrimas “bajo demanda” para emocionar a la audiencia mientras entona La lettera, una canción sobre una carta a su anciana madre.
Niñas-mujeres con los iris quebrados de tanto ver sangre y respirar violencia, niñas-mujeres con las venas abiertas en La Scuola, conocido también como I Pufi (Casa de los Pitufos), el lugar que acoge a una media de 300 personas por hora, un ágora dramática, donde los adolescentes se reúnen para pincharse y que, en otros tiempos, albergó un jardín de infancia.
I Pufi o La Scuola

En Gomorrah Girl no se ven imágenes del estilo de las míticas familias mafiosas del escritor Mario Puzo o de los cineastas Martin Scorsese y Francis Ford Coppola. La realidad de la lente de Spada se muestra, en apariencia, mucho más chunga. La imagen de elegantísima apostura de John Gotti Jr., el capo de los Gambino de Nueva York, se ha trocado por una versión poligonera que incluye botas blancas y arandelas doradas en las orejas en una ciudad de Nápoles que, también, pareciera vivir acosada por las huelgas de los recogedores de basuras. Las familias organizadas de Italia (y sus ramificaciones norteamericanas) han ido cambiando de apariencia durante las últimas décadas. Los ajustes de cuentas, incluso, que se hacían bajo estrictas reglas, como podía ser el de matar al jefe de un clan saliendo de un restaurante (había que dejarle viajar al más allá con el estómago lleno), ahora resulta demasiado poético.

SPIDINA AVENUE, TORONTO

 
2C$ el trayecto
Toronto
Sábado 1 de abril
2pm
 
Anduvimos varias calles y nos adentrarnos en el barrio chino de Toronto con la intención de reservar los billetes de autobús para, al día siguiente por la mañana, viajar a Niagara Falls.
 
En la primera planta de un centro comercial, repleto de creaciones made in Taiwan, encontramos la agencia de viajes regentada por un oriental bajito y regordete. A nuestro alrededor, las tiendas ofrecían sus mercancías: extraños animales muertos colgando de ganchos en los escaparates de alimentación, tarjetas postales y toda clase de ropas y Baratijas…
 
De vuelta en la calle, escuchamos el suave runrún del tranvía rojo y ecológico surcando la avenida Spidina.

OBSESIONES, DEMONIOS Y SUEÑOS DE LOUISE BOURGEOIS

HONNI soit QUI mal y pense
Louise Bourgeois
Selección de obras a cargo de Danielle Tilkin
Del 19 de octubre de 2012 al 13 de enero de 2013
Louise Bourgeois
París 1911 – Nueva York 2010

El dolor, la maternidad, las interminables horas, la angustia, el falo paterno, las manos y las arañas de patas alargadas al mejor estilo de Alberto Giacometti y que todo lo cobijan…

La Casa Encendida de Madrid acoge una exposición de la artista francesa Louise Bourgeois que no deja indiferente a nadie. HONNI soit QUI mal y pense se centra en los últimos diez años creativos de la autora y en ella el espectador puede deleitarse y atribularse a la vez con el rojo sangre (o energía) de las pinturas, las cabezas colgando boca abajo, los hombres y mujeres de paño unidos con hilos donde podemos vernos reflejados en partos con amor que provienen del desamor, del dolor, personas hechas de retales que en cualquier momento de sus vidas se les/nos rajan las costuras.
Observar las obras de Bourgeois es adentrarse en el alma atormentada de la autora y encontrar, permanentemente, puntos de encuentro con el espacio interior de uno mismo, es una visión descarnada de la vida desde el propio inicio, desde las primeras horas del día, tal y como las refleja en una serie de relojes o desde la misma infancia, donde nacen sus temas tal y como la propia Bourgeois llegó a explicar en su momento.
La casa es otro de los espacios que proyecta Bourgeois en sus obras, un sitio que no siempre le produjo seguridad, sitios inaccesibles en muchas ocasiones por los mismos seres que los habitan que se quedan mirando por entre los aceros, intentando reconocer en los vestidos que cuelgan del techo las posibles dueñas, sus probables historias…
Louise Bourgeois nace en París el día de Navidad de 1911 y muere en Nueva York noventa y nueve años más tarde.

ALTA ACQUA LIBRERIA

Danger! Il canale
 Mediodía de diciembre, después de una noche mágica de sirenas que aullaban al ver adentrarse las aguas del Adriático en la laguna, romper en el bordillo de la costa y saltar a la Piazza San Marco y a las arterias de la ciudad bella.

La bañera
 Mediodía de diciembre, bañados los pies por el acqua alta y la cabeza por la lluvia, esa incesante garúa veneciana que esconde a la ciudad en brumas, la vuelve melancólica y al visitante le es imposible no pensar que está en Oriente, muy cerca de los minaretes de Bizancio.

La góndola
Mediodía de diciembre y un hallazgo: la librería Alta Acqua, muy cerca de Santa Maria Formosa.