Por Xurxo Fernández para El Correo Gallego |
Santiago de Compostela.
Lunes 3 de junio de 2013
Por Xurxo Fernández para El Correo Gallego |
Santiago de Compostela.
Lunes 3 de junio de 2013
La protagonista es una víctima de la II Guerra Mundial, que habita en un pueblo de la República Democrática Alemana en 1960; con una doble personalidad marcada incluso por el cambio de narrador, que nos sorprende trasladándose a la primera persona, de la tercera, para explicar estas dos personas que habitan en una. Una mujer que se debate entre la cordura y la locura, que convive con sus obsesiones y una niña que se ve arrastrada al mundo inconexo de Eleonora, que es el nombre del personaje central. Así es el principio, pero a medida que avanzas en la lectura descubres que nada es lo que parece y que las huellas de una brutal guerra dejan secuelas insuperables. Es una tremenda reflexión sobre la guerra y sus consecuencias, pero sobre todo, sobre la maldad y el horror, sobre el ser humano y su capacidad para hacer daño a los demás.
Un año después de haber enviudado y de haberse casado con el metódico Teodoro Madureira, Doña Flor se ve en la disyuntiva de tener que convivir con el mencionado marido y con la aparición del ardoroso espíritu del primero, el insaciable Vadinho Santos Guimarães. En la novela del brasileño Jorge Amado, Doña Flor y sus dos maridos, la protagonista opta por quedarse con ambos hombres gozando de la estabilidad emocional y social que le proporciona uno y de la permanente marea orgásmica a la que la lleva el otro.
La obra de Quirós va tomando forma, poco a poco, a través de un cínico bordado textual manchado de ciertas mentiras, algunas obsesiones y raptos de histeria que llevan a que los espectadores inclinen sus simpatías hacia uno u otro personaje para que, al poco tiempo, se vean compilados a cambiar de tercio. Hasta que la aparición de un tercer personaje a cargo de Rubén Labio produce un quiebre significativo que recarga la relación de la pareja de una tensión aún mayor y conduce la historia hacia un final muy bien resuelto desde la dirección.
Stralsund, Pomerania |
El escritor argentino Daniel Dimeco se adentra en la atmósfera de la República Democrática Alemana en su nueva novela El mapa de las viudas, ambientada en la ciudad costera de Stralsund y cuyos protagonistas son personas “perseguidas por los fantasmas de su pasado”.
detintaenvena.blogspot.com |
El mapa de las viudas es una novela arriesgada, valiente, que cuenta la vida de una mujer que murió tras un trágico suceso, pero cuyo cuerpo siguió existiendo dando cobijo a dos personalidades diferentes y completamente antagonistas. Una historia compleja, con una narración que le va a la zaga y unos secundarios de lujo que nos harán viajar desde la perplejidad a la admiración.
Pero Eleonora no es la única que guarda secretos. Sobre el vecindario se cierne algo oscuro, algo que nadie nombra pero que parece condicionar la vida de todos sus habitantes. En especial del doctor, siempre encorvado, siempre silencioso, siempre aterrado; y su esposa, dura y terrible, que parece dominar la voluntad de su marido con mano de hierro; o los jóvenes del barrio, uno miembro de la Stasi, hijo el otro de un mandamás del partido, crueles y provocadores, demonios reales que despiertan esos otros demonios dormidos en Eleonora.
Muchos se preguntarán al comenzar a leer esta novela por qué su autor, Daniel Dimeco, que no vivió ni por edad ni por origen los tiempos de la Alemania Oriental, ha situado su historia en los años sesenta de aquel país desaparecido. Pero al adentrarse en sus páginas, el lector descubrirá que no podría haber elegido un escenario mejor como metáfora de lo más oscuro que puede anidar en el ser humano. La dictadura de la RDA era el paradigma del control, un sistema en el que nadie se atrevía a hablar, ni en lo más íntimo de su domicilio, porque había miles de ojos y oídos que lo controlaban todo. En la novela de Dimeco, como lo fue en la Alemania Oriental, lo importante es lo que no se ve, lo que se esconde, un entorno único para analizar la soledad y el miedo que tanto influyen en los personajes de El mapa de las viudas.
Daniel Dimeco que, aunque de origen argentino, ha vivido varios años en el norte de Europa, se ha empapado de la historia de la RDA y ha sabido crear una atmósfera opresiva, oscura, estremecedora, que mantiene al lector en un constante escalofrío. Este es uno de sus indudables méritos. Otro es la habilidad para dosificar una información que cae como lluvia corrosiva en un lector entregado sin reservas al terror de la narración.
Imágenes de una gran potencia, personajes oscuros, situaciones límites, secretos antiguos y, en la sombra, como un pájaro de mal agüero, una policía secreta que lo sabe todo y lo controla todo. Esos son los elementos que maneja el autor para crear una historia que asombra y estremece a partes iguales, una historia llena de simbolismo que indaga en la locura, el sufrimiento y la barbarie.
El autor ha obtenido con El mapa de las viudas el Premio Ciudad de Badajoz. Novelista y dramaturgo argentino, afincado en España, ha ganado ya diversos premios en ambos géneros, como el Premio Fray Luis de León por su novela La desesperaciónsilenciosa, o el Premio Antonio Buero Vallejo con la obra teatral La mano deJános.
De ratones y hombres
De John Steinbeck
Versión de Juan Caño Arecha y Miguel del Arco
Dirección: Miguel del Arco
Reparto: Fernando Cayo, Roberto Álamo, Antonio Canal, Rafael Martín, Josean Bengoetxea, Irene Escolar, Eduardo Velasco, Diego Toucedo, Alberto Iglesias y Emilio Buale
Producción: Concha Busto Producción y Distribución en coproducción con el Teatro Arriaga de Bilbao, Teatro Calderón de Valladolid, Clece, Kamikaze Producciones y con la colaboración del Teatro Cuyás de Las Palmas
Sala Principal del Teatro Español (Madrid) hasta el 27 de mayo
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De ratones y hombres, de John Steinbeck, Premio Nobel de Literatura 1962, es una novela que se enmarca dentro de la mejor literatura norteamericana. Es una prosa descarnada que refleja uno de los períodos más difíciles de los Estados Unidos como fue la Gran Depresión y sus consecuencias: la pobreza extrema que acompañó aquellos años en un país que, paradójicamente, había alcanzado un alto nivel de desarrollo y de creación de riqueza. Esta novela antecede a otras disecciones que hizo el autor californiano de la realidad de su país: Las uvas de la ira y Al este del edén.
Steinbeck extrae el título de la novela de un poema del poeta británico Robert Burns sobre las vidas mutiladas, las de los ratones y las de los hombres:
De sinsabores va esta exquisita versión (fiel a la obra original) que dirige Miguel del Arco en el Teatro Español y que estrenara el 8 de marzo en el Teatro Arriaga de Bilbao. También va de sueños que se persiguen a precios altos, a costa de humillaciones, de trabajos a destajo, de injusticias que se basan en el color de la piel, en la inutilidad de los viejos, en el capricho del poderoso y de los fanfarrones que se escudan en sus privilegiadas posiciones. Personajes que sueñan con la esperanza de que algún día llegue el tan anhelado éxito que los libere del yugo y del sacrificio inhumano.
Setenta y cinco años después de su aparición, De ratones y hombres vuelve a ser una obra contemporánea de gran actualidad. Casi un siglo más tarde de aquella Gran Depresión, nos vemos inmersos en una situación de características similares, reafirmando la idea de que las vivencias del pasado no son más que eso, pretérito, historias que vivieron otros, por más que nos empeñemos en decir que de los errores de los ascendientes aprendemos los descendientes.
Antonio Álamo y Fernando Cayo |
La vida de George Milton, papel que interpreta Fernando Cayo, es una tragedia vestida de quimeras que se alejan a cada paso que da por una California en plena debacle: década de 1930. George Milton carga, además de con la falta de trabajo estable, con el “grandullón” Lennie Small, un apellido que no se condice con la enormidad de su cuerpo, y que interpreta, magistralmente, Roberto Álamo, un actor completísimo que ya nos maravilló en Urtain y que, durante dos horas, se deja todo lo que un actor puede poner encima de un escenario: pasión y un personaje inolvidable. Lennie Small es un hombre tierno y deficiente mental que, como George, desea llegar a tener su propia granja donde alimentar conejos. La relación entre ambos se alimenta de los fracasos laborales que siempre terminan mal por culpa de la fuerza irrefrenable y descontrolada de Lennie al que sólo puede contener su amigo George.
Emilio Buale, Irene Escolar, Fernando Cayo, Rafael Martín y Antonio Álamo |