Reseñas

EL MAPA DE LAS VIUDAS EN ‘EL CORREO GALLEGO’



Por Xurxo Fernández para El Correo Gallego



Si alguno de ustedes viaja a Berlín, ha de tener presente una serie de cosas. Uno: que es hoy, muy probablemente, la capital cultural del Mundo. Dos: que es un sitio fantástico, por lo tanto, para apreciar el arte más vanguardista, la literatura más doliente y la música más contracultural. Y tres: que hay que tener un mínimo de memoria histórica para no meter la pata. ¿Por qué?
No. No me estoy refiriendo a los nazis, que era lo que todos ustedes estaban pensando. Y, aún así, habría mucho que hablar sobre el horror de un pueblo ante la actitud de sus gobernantes (bien: léanse a Erich Fromm, y que les cuente cómo el socialismo a secas puede convertirse en nacionalsocialismo). Me refiero, más bien, a los fantasmas de la que en tiempos llamábamos Alemania del Este. Esos que aún siembran el pánico muy cerca del Unter den Linden o la Puerta de Brandemburgo.
 

Que a nadie se le ocurra, en terreno de lo que fue el Berlín comunista, citar a la Stasi, la Policía política que los alemanes del Bloque Soviético copiaron del KGB. Porque hay cosas que una persona normal no puede recordar sin estremecerse, aún hoy, hasta el tuétano.

 

La imagen de los murciélagos y de sus oídos extrafinos son el símbolo de la persecución de la Stasi. Una pesadilla infinita…

Stasi
 

Hasta ahora, la obra que mejor contaba la época de la Guerra Fría en la RDA era un film de título borgiano: La vida de los otros, de Florian Henckel von Donnersmarck.



Daniel Dimeco y Xurxo Fernández
Santiago de Compostela
Foto by María Arias


El mapa de las viudas

El argentino Daniel Dimeco ha ganado la 16ª edición del prestigioso Premio de Novela Ciudad de Badajoz con una novela espléndida precisamente sobre la Stasi. Se llama El mapa de las viudas y la ha publicado Algaida.
 

Todo ocurre en Stralsund, una ciudad como otra cualquiera, situada al norte de la llamada entonces Deutsche Demokratische Republik.

Son los años sesenta. El momento álgido, pues, de la Guerra Fría. La persecución de la disidencia es bien conocida, y ha sido popularizada mucho y bien, entre otros, por John Le Carré.
 

Aquí, esa caza de brujas adquiere tonos más oscuros aún que en el maestro de la novela de espías. Hay la imagen del murciélago: el oído que todo lo oye (uno de cada 50 habitantes es un chivato). La consecuencia es la locura. O sea: el personaje central, Eleonora Maler.

Una vieja historia contada brillantemente con aires nuevos. Magistral. Efectivísima. Trágica. Todo un acierto.

Santiago de Compostela.
Lunes 3 de junio de 2013

OLELIBROS RESEÑA ‘EL MAPA DE LAS VIUDAS’

Daniel Dimeco nos reta con El mapa de las viudas (reseña en Olelibros 26.06.2013)
Esta novela que es un poliédrico puzle psicológico de una mujer, un pueblo y una época.
El mapa de las viudas (Algaida) de Daniel Dimeco no es una novela amable, sencilla de leer y fácil de digerir, sino que entraña cierta dificultad porque reta al lector a que encaje las piezas por él mismo.
La novela fue premiada con el XVI Premio de Novela Ciudad de Badajoz, que dada la complejidad y la temática del libro, alejado de los tintes comerciales, se hace un gran honor eligiéndolo puesto que nos encontramos ante una obra profunda y bien escrita que nos cuenta más cosas entre líneas que de manera explícita.

La protagonista es una víctima de la II Guerra Mundial, que habita en un pueblo de la República Democrática Alemana en 1960; con una doble personalidad marcada incluso por el cambio de narrador, que nos sorprende trasladándose a la primera persona, de la tercera, para explicar estas dos personas que habitan en una. Una mujer que se debate entre la cordura y la locura, que convive con sus obsesiones y una niña que se ve arrastrada al mundo inconexo de Eleonora, que es el nombre del personaje central. Así es el principio, pero a medida que avanzas en la lectura descubres que nada es lo que parece y que las huellas de una brutal guerra dejan secuelas insuperables. Es una tremenda reflexión sobre la guerra y sus consecuencias, pero sobre todo, sobre la maldad y el horror, sobre el ser humano y su capacidad para hacer daño a los demás.

La trama se completa con extraños asesinatos que son el ingrediente que acaba de dar a esta novela el toque definitivo; que tiene el valor añadido de unos secundarios de lujo. Nos encontramos con personajes dignos de estudio con detenimiento y con una estructura que va enredando al lector poco a poco ya que tendrá que pensar en la historia para poder ir encajando pieza a pieza, imposible no tenerla en la cabeza.
Una novela que requiere concentración pero con la que se ven compensados todos los esfuerzos. Contra el olvido de la memoria para que no nos acabe disparando por la espalda, es el gran alegato de este libro que plasma a la perfección el síndrome o los síndromes que aquejaron a los alemanes orientales, vigilados férreamente por la Stasi, tras la II Guerra Mundial. Es poco probable que al terminar de leerla seamos capaces de sacar nuestra mente de este mapa, donde, seguramente, se quedará vagando durante días. Una novela que deja huellas, no sólo por la historia que cuenta, también por cómo la cuenta. En definitiva, es soberbia.
Para más información, buscad en la librería de Olelibro, allí podréis leer la sinopsis de este magnífico libro.

LA MULTIPLICACIÓN DE LOS CUERPOS

Un año después de haber enviudado y de haberse casado con el metódico Teodoro Madureira, Doña Flor se ve en la disyuntiva de tener que convivir con el mencionado marido y con la aparición del ardoroso espíritu del primero, el insaciable Vadinho Santos Guimarães. En la novela del brasileño Jorge Amado, Doña Flor y sus dos maridos, la protagonista opta por quedarse con ambos hombres gozando de la estabilidad emocional y social que le proporciona uno y de la permanente marea orgásmica a la que la lleva el otro.

 
No suele fallar, pero en muchas parejas, antes o después, llega ese momento en sus vidas en el que las prácticas sexuales convenidas en el pasado y hechas tradición con la práctica tienen que ser sacudidas y reinventadas, algo así como un reajuste del contrato. Tal vez se deba a que, como muchos sostienen, la monogamia es una creación del hombre con la única finalidad de mantener un cierto orden en la estructura social.
 
Filosofía de barrio aparte, la nueva propuesta teatral que dirige e interpreta Miguel Ángel Quirós, Cuerpo dividido, nos invita a asomarnos a través de una ventana veneciana, cual voyeurs, y a observar dentro de un apartamento pequeño, modelo ministra Trujillo. En “el pisito”, una joven pareja a punto de casarse “se está conociendo” a pesar de que todo lo importante ya parece estar dicho, incluso cuando ambos “se saben” queridos por la otra parte. Pero, claro, si así de natural y sencillo fueran las cosas, no tendríamos obra dramática.
 
El texto de Cuerpo dividido, escrito por el dramaturgo español afincado en Londres, Raúl Quirós Molina, adquiere complejidad a medida que transcurre el tiempo y los espectadores quedan inmersos en un ping-pong dialéctico y gestual, de verdades y medias verdades, entre ambos personajes centrales: Cristina (interpretado por Naiara Murguialday, una actriz que ha sido un verdadero descubrimiento y cuyo papel se robustece minuto a minuto hasta el final) y Manuel (a cargo de Miguel Ángel Quirós, quien, con la calma y contención de su personaje, empuja a pensar qué es lo que esconde).
 
Los vahos de este calor agosteño en Madrid no tienen el mismo embrujo que en las cálidas noches bahianas durante los carnavales pero, sin temor a errores, quien siembra la duda en Cuerpo dividido es un personaje que no vemos y que se parece mucho al ardiente Vadinho que conquistaba mujeres hasta el exceso de la muerte. El amigo del novio, futuro padrino de boda, hunde una cuña en medio de la pareja a escasos días que den el “sí quiero”, cuando el tema de las visitas a los burdeles se convierte en un asunto difícil de resolver.
 
Dramaturgia: Raúl Quirós Molina
Dirección: Miguel Ángel Quirós
Intérpretes: Naiara Murguialday, Miguel Ángel Quirós y Rubén Labio
Teatro: Sala Bululú 2120 (Madrid)
Fecha: todos los domingos de agosto a las 20.30 horas

La obra de Quirós va tomando forma, poco a poco, a través de un cínico bordado textual manchado de ciertas mentiras, algunas obsesiones y raptos de histeria que llevan a que los espectadores inclinen sus simpatías hacia uno u otro personaje para que, al poco tiempo, se vean compilados a cambiar de tercio. Hasta que la aparición de un tercer personaje a cargo de Rubén Labio produce un quiebre significativo que recarga la relación de la pareja de una tensión aún mayor y conduce la historia hacia un final muy bien resuelto desde la dirección.

 
Se agradece la posibilidad de ver una obra de teatro montada por una pequeña compañía, como lo es Los Sueños de Fausto S.L., y recibir a cambio un trabajo de calidad a través de una historia muy bien contada, con interpretaciones sinceras y profesionales, saliendo de la Sala Bululú2120 con la mente y el cuerpo divididos entre las múltiples vivencias de cada uno de los personajes.
 
Este texto fue escrito por @DanielDimeco para Culturamas (01-08-2013)
 

LOS MIEDOS DE ELEONORA MALER (elEconomista.es)

Stralsund, Pomerania
elEconomista.es
Santiago de Compostela, 2 jun (EFE)

El escritor argentino Daniel Dimeco se adentra en la atmósfera de la República Democrática Alemana en su nueva novela El mapa de las viudas, ambientada en la ciudad costera de Stralsund y cuyos protagonistas son personas “perseguidas por los fantasmas de su pasado”.

 
Así lo ha explicado el autor en una entrevista con Efe en Santiago de Compostela, donde se haya con motivo de la promoción de su libro, publicado por la editorial Algaida y ganador de la XVI edición del Premio de Novela Ciudad de Badajoz.
 
La trama de la novela comienza en una noche de verano de 1960, cuando, a raíz de unos asesinatos, aumenta y llega a un extremo insostenible la locura de la protagonista, Eleonora Maler, desencadenando situaciones que van a ayudar a desvelar oscuros secretos escondidos hasta ese momento.
 
En el asfixiante ambiente de esta pequeña ciudad, donde la Stasi, Ministerio de Seguridad del Estado, lo controla todo, Eleonora “tendrá que enfrentarse a sus propios miedos”, explica el escritor argentino.
 
Asimismo hizo referencia a la gran labor de documentación que tuvo que llevar a cabo para escribir la novela. “Me empapé de la historia de la Alemania Oriental de después de la Segunda Guerra Mundial”, pero dijo que es algo que hace con “muchísimo placer, ya que me gusta de siempre la historia”.
 
Daniel Dimeco
en Santiago de Compostela

 

Graduado en Ciencias Políticas, el escritor y dramaturgo Daniel Dimeco ha ganado diversos premios en ambos ámbitos, como el Premio Fray Luis de León por su novela La desesperación silenciosa, o el Premio Antonio Buero Vallejo con la obra teatral La mano de Janós.
 
“Considero que los premios son básicamente incentivos y que son fundamentales a la hora de publicar tal como está el mundo editorial”, opinó el autor.
 
También expresó su parecer acerca de la situación literaria actual, que resumió en que “la edición no esta en su mejor momento, la crisis afecta, pero soy partidario de que pone las cosas en su sitio y probablemente pinche la burbuja literaria”.
 
Dimeco declaró que en estos momentos ya tiene forma su próximo proyecto literario, una novela de la que no quiso desvelar nada, tan solo que no será “tan agobiante como la anterior”.
 

LA OPINIÓN DE ‘DE TINTA EN VENA’ SOBRE "EL MAPA DE LAS VIUDAS"

detintaenvena.blogspot.com
Una de las reseñas más impresionantes que han hecho sobre El mapa de las viudas (Algaida). Aquí dejo algunos pasajes y el enlace de De tinta en vena para quien quiera leerla al completo.
Si tuviera que definir esta novela sin duda lo dejaría en un escueto valiente. Y es que en los tiempos que corren, con un iva por las nubes y nuestros bolsillos cada vez más vilipendiados, tomar la decisión de comprar un libro se convierte casi en una cuestión de Estado, me refiero al familiar claro, porque a tan altas esferas no llegan asuntos tan nimios. Pensaréis que me he vuelto loca, pero no, digo que es una novela valiente, porque no creo que sea nada comercial, no es una historia para leer en la piscina, el autobús o en una salita de espera, es LITERATURA, sí, en mayúsculas, de esa que cada vez nos da más pereza leer porque requiere un esfuerzo extra.
Admiro a Daniel Dimeco, un perfecto desconocido para mí aunque tiene a sus espaldas una más que considerable carrera literaria, porque ha sido fiel a sus principios, ha escrito la historia que tenía en mente sin pensar si sería aceptada por el público. Pero también admiro la valentía del Jurado del XVI Premio de Novela Ciudad de Badajoz, porque creo que es complicado primar la calidad sobre la rentabilidad, a fin de cuentas las editoriales son empresas y buscan ganar dinero.

El mapa de las viudas es una novela arriesgada, valiente, que cuenta la vida de una mujer que murió tras un trágico suceso, pero cuyo cuerpo siguió existiendo dando cobijo a dos personalidades diferentes y completamente antagonistas. Una historia compleja, con una narración que le va a la zaga y unos secundarios de lujo que nos harán viajar desde la perplejidad a la admiración.

Sobre la protagonista, Eleonora Maler, dice: El autor ha dotado a la protagonista de una complejidad límite, de una doble personalidad que convive en un mismo cuerpo, una cuerda y la otra ida, en un momento de la narración la cuerda nos explica porque decidió quedarse cuando lo mejor hubiera sido irse. La lucha de ambas personalidades aunque no es patente para el lector si que nos la relata la cuerda cuando coge las riendas. Sin duda Eleonara es un personaje fascinante que se queda en la mente del lector mucho después de haber terminado la lectura. Se gana un sitio de honor en ese grupo reducido de protagonistas que perduran en la memoria y se hace un hueco en el corazón de quien se acerca a su historia.

MAESTRO DE LAS ATMÓSFERAS AGOBIANTES

Antonio Paniagua / Madrid
Día 23/06/2013 – 07.21h
El escritor Daniel Dimeco recrea en la novela ‘El mapa de las viudas’ (Algaida) el ambiente opresivo en la RDA (Diario ABC)
En el verano de 1960, una serie de asesinatos en un aparentemente tranquilo vecindario de la ciudad de Stralsund, en la Alemania Oriental, precipita la locura de Eleonora Maler, que sobrevive a duras penas tras un pasado que se intuye trágico. Eleonora vive de coser para las señoras de los gerifaltes de la Stasi, la omnipotente policía secreta de la RDA, cree que un murciélago ha anidado en su cuerpo y se la está comiendo por dentro, y oculta en su casa a su hija, una niña deficiente y muda a la que mantiene con los ojos vendados para que nada le haga daño, una extraña situación que sus vecinos parecen admitir sin preguntas. Los asesinatos, primero de una niña y después de un hombre, desatarán los recuerdos y los fantasmas de Eleonora, en la que sobreviven dos mujeres: la cuerda y la loca, la que existió antes de la guerra y la que nació después. Paradójicamente, esa inmersión en la locura ayudará a desvelar oscuros secretos que llevan mucho tiempo escondidos.

Pero Eleonora no es la única que guarda secretos. Sobre el vecindario se cierne algo oscuro, algo que nadie nombra pero que parece condicionar la vida de todos sus habitantes. En especial del doctor, siempre encorvado, siempre silencioso, siempre aterrado; y su esposa, dura y terrible, que parece dominar la voluntad de su marido con mano de hierro; o los jóvenes del barrio, uno miembro de la Stasi, hijo el otro de un mandamás del partido, crueles y provocadores, demonios reales que despiertan esos otros demonios dormidos en Eleonora.

Muchos se preguntarán al comenzar a leer esta novela por qué su autor, Daniel Dimeco, que no vivió ni por edad ni por origen los tiempos de la Alemania Oriental, ha situado su historia en los años sesenta de aquel país desaparecido. Pero al adentrarse en sus páginas, el lector descubrirá que no podría haber elegido un escenario mejor como metáfora de lo más oscuro que puede anidar en el ser humano. La dictadura de la RDA era el paradigma del control, un sistema en el que nadie se atrevía a hablar, ni en lo más íntimo de su domicilio, porque había miles de ojos y oídos que lo controlaban todo. En la novela de Dimeco, como lo fue en la Alemania Oriental, lo importante es lo que no se ve, lo que se esconde, un entorno único para analizar la soledad y el miedo que tanto influyen en los personajes de El mapa de las viudas.

Daniel Dimeco que, aunque de origen argentino, ha vivido varios años en el norte de Europa, se ha empapado de la historia de la RDA y ha sabido crear una atmósfera opresiva, oscura, estremecedora, que mantiene al lector en un constante escalofrío. Este es uno de sus indudables méritos. Otro es la habilidad para dosificar una información que cae como lluvia corrosiva en un lector entregado sin reservas al terror de la narración.

Imágenes de una gran potencia, personajes oscuros, situaciones límites, secretos antiguos y, en la sombra, como un pájaro de mal agüero, una policía secreta que lo sabe todo y lo controla todo. Esos son los elementos que maneja el autor para crear una historia que asombra y estremece a partes iguales, una historia llena de simbolismo que indaga en la locura, el sufrimiento y la barbarie.

El autor ha obtenido con El mapa de las viudas el Premio Ciudad de Badajoz. Novelista y dramaturgo argentino, afincado en España, ha ganado ya diversos premios en ambos géneros, como el Premio Fray Luis de León por su novela La desesperaciónsilenciosa, o el Premio Antonio Buero Vallejo con la obra teatral La mano deJános.

DE LO HUMANO Y LO INHUMANO





De ratones y hombres

De John Steinbeck
Versión de Juan Caño Arecha y Miguel del Arco
Dirección: Miguel del Arco
Reparto: Fernando Cayo, Roberto Álamo, Antonio Canal, Rafael Martín, Josean Bengoetxea, Irene Escolar, Eduardo Velasco, Diego Toucedo, Alberto Iglesias y Emilio Buale
Producción: Concha Busto Producción y Distribución en coproducción con el Teatro Arriaga de Bilbao, Teatro Calderón de Valladolid, Clece, Kamikaze Producciones y con la colaboración del Teatro Cuyás de Las Palmas
Sala Principal del Teatro Español (Madrid) hasta el 27 de mayo




De ratones y hombres, de John Steinbeck, Premio Nobel de Literatura 1962, es una novela que se enmarca dentro de la mejor literatura norteamericana. Es una prosa descarnada que refleja uno de los períodos más difíciles de los Estados Unidos como fue la Gran Depresión y sus consecuencias: la pobreza extrema que acompañó aquellos años en un país que, paradójicamente, había alcanzado un alto nivel de desarrollo y de creación de riqueza. Esta novela antecede a otras disecciones que hizo el autor californiano de la realidad de su país: Las uvas de la ira y Al este del edén.

Steinbeck extrae el título de la novela de un poema del poeta británico Robert Burns sobre las vidas mutiladas, las de los ratones y las de los hombres:

Uno más eres de los desdichados
que ven todos sus planes anulados:
de ratones y hombres quedan truncados,
los proyectos mejores
¡y en vez de éxitos anhelados,
nos quedan sinsabores!

De sinsabores va esta exquisita versión (fiel a la obra original) que dirige Miguel del Arco en el Teatro Español y que estrenara el 8 de marzo en el Teatro Arriaga de Bilbao. También va de sueños que se persiguen a precios altos, a costa de humillaciones, de trabajos a destajo, de injusticias que se basan en el color de la piel, en la inutilidad de los viejos, en el capricho del poderoso y de los fanfarrones que se escudan en sus privilegiadas posiciones. Personajes que sueñan con la esperanza de que algún día llegue el tan anhelado éxito que los libere del yugo y del sacrificio inhumano.

Setenta y cinco años después de su aparición, De ratones y hombres vuelve a ser una obra contemporánea de gran actualidad. Casi un siglo más tarde de aquella Gran Depresión, nos vemos inmersos en una situación de características similares, reafirmando la idea de que las vivencias del pasado no son más que eso, pretérito, historias que vivieron otros, por más que nos empeñemos en decir que de los errores de los ascendientes aprendemos los descendientes.

Antonio Álamo y Fernando Cayo

La vida de George Milton, papel que interpreta Fernando Cayo, es una tragedia vestida de quimeras que se alejan a cada paso que da por una California en plena debacle: década de 1930. George Milton carga, además de con la falta de trabajo estable, con el “grandullón” Lennie Small, un apellido que no se condice con la enormidad de su cuerpo, y que interpreta, magistralmente, Roberto Álamo, un actor completísimo que ya nos maravilló en Urtain y que, durante dos horas, se deja todo lo que un actor puede poner encima de un escenario: pasión y un personaje inolvidable. Lennie Small es un hombre tierno y deficiente mental que, como George, desea llegar a tener su propia granja donde alimentar conejos. La relación entre ambos se alimenta de los fracasos laborales que siempre terminan mal por culpa de la fuerza irrefrenable y descontrolada de Lennie al que sólo puede contener su amigo George.

George y Lennie son dos errantes trabajadores que, como se desprende del poema de Burns, el presente es el enemigo, al pasado mejor no mirarlo y el futuro es una noche muy oscura. Con eso y con todo, sí queda espacio para la amistad (resquicio de Humanidad) entre los dos hombres perdidos. Ambos, George y Lennie, se tienen el uno al otro:
George.- Con nosotros no pasa así. Tenemos un porvenir. Tenemos alguien con quien hablar, alguien que piensa en nosotros.
Lennie.- Porque… Porque yo te tengo a ti para cuidarme y tú me tienes a mí para cuidarte, por eso.
Las consecuencias del estallido de la crisis de los años treinta son una larga cola de desheredados que vagan por Estados Unidos en busca de un trabajo, personas detrás de la subsistencia, rastreadores de lo que sea con tal de llevarse algo a la boca que no sea sólo bilis y decepción. Steinbeck en la novela y del Arco en la versión teatral nos muestran la desesperación de unos humanos que, como el anciano Candy (en el cuerpo de Antonio Canal), se aferran incluso a un viejo perro que huele a podredumbre y muerte, una metáfora maravillosa de la situación que a todos les toca vivir.
Emilio Buale, Irene Escolar, Fernando Cayo,
Rafael Martín y Antonio Álamo
De ratones y hombres es, también y sobre todas las cosas, una crítica descarnada de la sociedad de entonces y de ahora. Una fotografía tremenda sobre el dolor humano y la soledad que tan bien dibujan personajes como el anteriormente mencionado Candy o el negro Crooks (interpretado por Emilio Buale) o la única mujer que hay en escena, a cargo de la ascendente Irene Escolar, la esposa de Curley (Diego Toucedo), el presumido y pendenciero hijo del patrón de la finca (Rafael Martín). En ese páramo todo se confunde, nada es lo que parece y las únicas alegrías, más o menos al alcance de sus manos, viene del whisky o del club de putas del pueblo.
La puesta en escena de Miguel del Arco se inicia con unos diálogos magníficos y adquiere un ritmo que presagia algunos de los hechos que, efectivamente, sucederán más adelante. El in-crescendo dramático se vuelve vertiginoso, la sensación de agobio que viven los personajes es trasladada a los espectadores y la recta final es una carrera con olor a sangre, llena de emociones, ternura y dolor que desemboca donde todos los que conozcan la novela o hayan visto la adaptación cinematográfica de Gary Sinise ya saben.
Un trabajo excelente de todo el equipo, una selección de actores impecable (parte importante del secreto de una buena puesta en escena), una gran dirección, una escenografía y una música que no distraen en ningún momento, sino que ayudan a que la historia cale, si es posible, aún más hondo.
Fotos: Teatro Español