EL ADVERSARIO

Daniel Auteuil en el papel de Jean-Claude Romand

 

Al cabo de cinco horas de deliberación, Jean-Claude Romand fue condenado a cadena perpetua, acompañada de una pena de prisión firme de veinte años. Si todo va bien, saldrá de la cárcel en 2015, a la edad de sesenta y un años. Así narra Emmanuel Carrère la sentencia del tribunal francés que condenó a Romand en 1993, después de haber asesinado a su mujer con un rodillo de amasar, a sus dos hijos con un rifle calibre 22 y a sus padres.
¿Cómo pudo vivir durante casi veinte años mintiendo a todos los que le rodeaban, incluída su mujer? ¿Cómo es posible que se hiciera pasar por un investigador de la OMS sin correr serios riesgos mientras gastaba los días en cafeterías y bosques del Jura hasta la hora en la que una persona normal regresa a su casa después de varias horas de trabajo? Así vivía Jean-Claude Romand y así lo retrata el escritor francés, Emmanuel Carrère, en El adversario (Anagrama 2000), libro que Nicole Garcia llevó al cine en Francia con Daniel Auteuil en el papel protagónico.
Todo en su vida se inicia con un engaño: no se gradúa en Medicina y por lo tanto tampoco es investigador en la OMS, no es el respetado hombre de éxito que todos creían conocer… Hasta que el cerco empieza a angostarse a su alrededor y él es conciente de que no podrá continuar simulando mucho tiempo más. Cuando la situación se vuelve muy difícil se saca de la manga un nuevo as: tiene cáncer. Un nuevo embuste que le permite gozar de la piedad de su familia y amigos durante un tiempo extra.

Los Romand vivían a escasos metros de la frontera francesa con Ginebra, en un barrio de funcionarios de las instituciones internacionales con sede en la ciudad suiza. El tren de vida de familia burguesa acomodada era posible, en teoría, por su puesto en la OMS (sitio al que jamás dejó que su familia accediera a visitar) cuando en realidad salía de los ahorros que sus padres, tío y amante depositaban en él con la confianza de que se los ingresaría en una cuenta suiza que les daría ganancias del 18%. Cuando los ahorros se agotan y Romand se ve acorralado, decide saltar hacia adelante y asesinar para no dar explicaciones, para evitar la realidad.

Carrère escribe un libro en el que merece la pena zambullirse para nadar en la psicología de un criminal y observar la consternación que generó en una sociedad pequeña donde todos se conocían y en la que no cabían las sospechas. Hasta que el vecino, el amigo, el hijo, el padre o el marido deja de ser quien se pensaba que era.

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